sábado, 22 de noviembre de 2014

La lengua, herramienta de impulso de la cultura

Hola a todos:

Confieso que este es mi primer blog y que no tengo mucha idea de cómo funciona, pero con tiempo y un poco de dedicación me haré con él.

También tengo que confesar que, si no hubiera sido porque nos lo han propuesto en el Curso de ELE, probablemente no me lo habría hecho nunca. Necesitaba un impulso que, mira por donde, ha llegado en un momento de mi vida profesional en el que diariamente me pregunto a mí mismo qué quiero hacer en el futuro.

Con 21 años obtuve mi primera oportunidad laboral como recepcionista de hotel; y durante los últimos dos años he trabajado en diversos hoteles de España e Italia. El miedo a estancarme y a no progresar me ha llevado a renunciar al que hasta hace una semana era mi trabajo para perseguir mi verdadero sueño profesional: las lenguas. No sé aún exactamente a qué quiero dedicarme en la vida (quizás es que no quiero dedicarme a una sola cosa), pero lo que tengo claro es que quiero estar en contacto con las personas, aprender y enseñar, recibir y transmitir.

¿Por qué este curso? ¿Por qué el Cervantes? El hecho de haber estudiado Traducción e Interpretación me ha permitido conocer a muchas personas de todo el mundo durante cinco años de carrera. Algunas de estas personas son hoy en día algunos de mis mejores amigos, y gracias a ellos no solo he mejorado y perfeccionado mis conocimientos en lenguas extranjeras, sino que he tenido la oportunidad de entrar en el fascinante mundo de la diversidad cultural. En estos años he llegado a la conclusión de que la lengua es mucho más que un conjunto de palabras: es una parte intrínseca de la cultura y una vía de acceso libre a esta. Sin cultura no hay lengua.

En estos años yo también he ayudado a mis amigos extranjeros a entender mejor mi lengua y mi cultura. A veces he respondido a las dudas que me planteaban con reglas gramaticales improvisadas, pero llenas de reflexión y lógica, y que han resultado casi siempre ser infalibles. Sin embargo, soy consciente de que un buen docente no puede basar su profesionalidad exclusivamente en la lógica. La enseñanza de una lengua extranjera también requiere un método, un método que yo espero aprender gracias a este curso y gracias a este Instituto.

No sé si este es mi camino, no sé si quiero ser profesor, no sé ni siquiera si sería capaz de serlo... Sólo sé que el camino se hace andando y que si no me adentro en él, nunca llegaré a saber adónde lleva.